Importantes vías de la capital y sus aceras se tornan peligrosas para la circulación vehicular y peatonal, debido a la cantidad considerable de agujeros que permanecen abiertos desde hace más de un año.
Las causas se atribuyen al robo de las tapas y parrillas de los imbornales por parte de personas desaprensivas, que sin reparar en el daño que causan a la población, las sustraen para comercializarlas en talleres de fundición.
Choferes y peatones entrevistados por LISTÍN DIARIO manifestaron que por lo regular son sorprendidos por estos agujeros justo cuando los tienen bajo las gomas de sus vehículos o sus pies, por lo que llamaron la atención de las autoridades competentes para que coloquen las tapas y parrillas sustraídas. Continuar leyendo.